Friday, 8 July 2022

El camino del vaciamiento de San Juan de la Cruz

 Renuncia a todo para acceder al Todo.  


Para gustarlo todo,

no quieras tener gusto en nada.


Para venir a saberlo todo,

no quieras saber algo en nada.


Para venir a poseerlo todo,

no quieras poseer algo en nada.


Para venir a serlo todo,

no quieras ser algo en nada.


Para venir a lo que no gustas,

has de ir por donde no gustas.


Para venir a lo que no sabes,

has de ir por donde no sabes.


Para venir a lo que no posees,

has de ir por donde no posees.


Para venir a lo que no eres,

has de ir por donde no eres.


Cuando reparas en algo,

dejas de arrojarte al todo.


Porque para venir del todo al todo,

has de negarte del todo en todo.


Y cuando lo vengas todo a tener,

has de tenerlo sin nada querer.


Porque si quieres tener algo en todo,

no tienes puro en Dios tu tesoro.

Monday, 26 October 2020

LA GLORIA ACCIDENTAL

 EL CIELO

Hay que distinguir la gloria accidental del Cielo de la gloria esencial.

Y en la gloria accidental, hay que establecer un subdivisión: primero la gloria accidental del cuerpo, y luego la gloria accidental del alma.

LA GLORIA ACCIDENTAL DEL CUERPO

La gloria del cuerpo no será más que una consecuencia, una redundancia de la gloria del alma.

En la persona humana, lo principal es el alma; el cuerpo es una cosa completamente secundaria. El alma puede vivir, y vive perfectamente, sin el cuerpo; el cuerpo, en cambio, no puede vivir sin el alma.

El alma bienaventurada, incandescente de gloria por la visión beatífica de que goza ya actualmente, en el momento de ponerse en contacto con su cuerpo al producirse el hecho colosal de la resurrección de la carne, le comunicará ipso facto su propia bienaventuranza, según el grado de gloria que Dios le comunique.

El cuerpo glorioso tendrá cuatro cualidades o dotes maravillosas: claridad, agilidad, sutileza e impasibilidad.

En primer lugar la claridad. Los cuerpos gloriosos serán resplandecientes de luz.

El cuerpo humano, aún acá en la tierra, es una verdadera obra de arte. Pues, ¿qué será el cuerpo espiritualizado, el cuerpo glorioso radiante de luz, mucho más resplandeciente que la del sol?

La segunda cualidad del cuerpo glorioso es la agilidad. Ello quiere decir que los bienaventurados podrán trasladarse corporalmente a distancias remotísimas casi instantáneamente.

Casi, porque, como advierte Santo Tomás de Aquino, todo movimiento, por rapidísimo que se le suponga, requiere indispensablemente tres instantes: el de abandonar el punto de partida; el de adelantarse hacia el punto de llegada, y el de llegar efectivamente al término. Y eso no puede hacerse de ninguna manera en un solo instante, filosóficamente considerado; tiene que transcurrir algún tiempo, aunque sea absolutamente imperceptible.

Pero ese tiempo tan imperceptible equivale, prácticamente, a la velocidad del pensamiento.

En el Cielo, el cuerpo acompañará al pensamiento a cualquier parte donde quiera trasladarse, por remotísimo que esté.

La tercera cualidad es la impasibilidad. Eso significa que el cuerpo glorificado es absolutamente invulnerable al dolor y al sufrimiento, en cualquiera de sus manifestaciones. No le afecta ni puede afectar el frío, el calor, ni ningún otro agente desagradable.

Las enfermedades no pueden hacer presa en él. El cuerpo del bienaventurado no está preparado para padecer, es absolutamente invulnerable al dolor.

No es que sea insensible en absoluto. Al contrario, es sensibilísimo y está maravillosamente preparado para el placer: gozará de deleites inefables, intensísimos. Pero es del todo insensible al dolor.

La cuarta cualidad es la sutileza. Dice el apóstol San Pablo que “el cuerpo se siembra animal y resucitará espiritual” (I Cor 15, 44). No quiere decir que se transformará en espíritu; seguirá siendo corporal, pero quedará como espiritualizado: totalmente dominado, regido y gobernado por el alma, que le manejará a su gusto sin que le ofrezca la menor resistencia.

Santo Tomás de Aquino piensa que la sutileza es el dominio total y absoluto del alma sobre el cuerpo, de tal manera, que lo tendrá totalmente sometido a sus órdenes.

Es cierto, dice el Doctor Angélico, que los bienaventurados podrán atravesar los cuerpos; pero eso será, no en virtud de la sutileza, sino de una nueva cualidad sobreañadida, de tipo milagroso, que estará totalmente a disposición de ellos.

De manera, que nuestro cuerpo entero, con todos sus sentidos, estará como sumergido en un océano inefable de felicidad, de deleites inenarrables. Y esto constituye la gloria accidental del cuerpo; lo que no tiene importancia, lo que no vale nada, lo que podría desaparecer sin que sufriera el menor menoscabo la gloria esencial del Cielo.

Mil veces por encima de la gloria del cuerpo está la gloria del alma. El alma vale mucho más que el cuerpo.

¡La gloria del alma! Vayamos por partes, de menor a mayor.

LA GLORIA ACCIDENTAL DEL ALMA

Empecemos por los goces de la amistad. En el Cielo se reanudará para siempre aquella amistad interrumpida bruscamente. Los amigos volverán a abrazarse para no separarse jamás.

La amistad es una cosa muy íntima, muy entrañable, no cabe duda; pero por encima de ella están los lazos de la sangre, los vínculos familiares. ¡Qué abrazo nos daremos en el Cielo! ¡La familia reconstruida para siempre! Se acabaron las separaciones: ¡para siempre unidos!

Pero quizá a alguno de vosotros se le ocurra preguntar: ¿y si al llegar al Cielo nos encontramos con que falta algún miembro de la familia? ¿Cómo será posible que seamos felices sabiendo que uno de nuestros seres queridos se ha condenado para toda la eternidad?

Esta pregunta terrible no puede tener más que una sola contestación: en el Cielo cambiará por completo nuestra mentalidad. Estaremos totalmente identificados con los planes de Dios. Adoraremos su misericordia, pero también su justicia inexorable. En este mundo, con nuestra mentalidad actual, es imposible comprender estas cosas; pero en el Cielo cambiará por completo nuestra mentalidad, y, aunque falte un miembro de nuestra familia, no disminuirá por ello nuestra dicha; seremos inmensamente felices de todas formas.

Por encima de los goces de la familia reconstruida experimentará nuestra alma alegrías inefables con la amistad y trato con los Santos.

Allí veremos clarísimamente que no hay más fuente de bondad, de belleza, de amabilidad, de felicidad que Dios Nuestro Señor, en el que se concentra la plenitud total del Ser. Y, en consecuencia lógica, aquellos seres, aquellas criaturas que estarán más cerca de Dios contribuirán a nuestra felicidad más todavía que los miembros de nuestra propia familia.

De manera que el contacto y la compañía de los Santos –que están más cerca de Dios– nos producirá un gozo mucho más intenso todavía que el contacto y la compañía de nuestros propios familiares. Que cada uno piense ahora en los Santos de su mayor devoción e imagine el gozo que experimentará al contemplarles resplandecientes de luz en el Cielo y entablar amistad íntima con ellos.

Pero más todavía que por el contacto y amistad con los Santos, quedará beatificada nuestra alma con la contemplación de los Ángeles de Dios, criatura bellísimas, resplandecientes de luz y de gloria.

La contemplación del mundo angélico, con toda su infinita variedad, será un espectáculo grandioso.

Mil veces por encima de los ángeles, la contemplación de la que es Reina y Soberana de todos ellos nos embriagará de una felicidad inefable.

¡Qué será cuando la veamos personalmente a Ella misma “vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” como la vio el vidente del Apocalipsis! Nos vamos a volver locos de alegría cuando caigamos a sus pies y besemos sus plantas virginales y nos atraiga hacia Sí para darnos el abrazo de Madre y sintamos su Corazón Inmaculado latiendo junto al nuestro para toda la eternidad.

Pero ¿quién podrá describir lo que experimentaremos cuando nos encontremos en presencia de Nuestro Señor Jesucristo, cuando veamos cara a cara al Redentor del mundo, con los cinco luceros de sus llagas en sus manos, en sus pies y en su divino Corazón?

El gozo que experimentaremos entonces es absolutamente indescriptible.

LA GLORIA ESENCIAL

Lo que constituye la gloria esencial del Cielo es lo que llamamos la visión beatífica, o sea, la contemplación facial, cara a cara, de la esencia misma de Dios.

Dios está en todas partes, en todo cuanto existe, en todos los seres y lugares de la creación, por esencia, presencia y potencia.

Dios lo llena todo. Dios es inmenso. Está dentro de nosotros y delante mismo de nuestros ojos, pero sin que le podamos ver en este mundo.

Para ver a Dios hace falta una luz especial, especialísima, que recibe en teología el nombre de lumen gloriae: la luz de la gloria.

El lumen gloriae no es otra cosa que un hábito intelectivo sobrenatural que refuerza la potencia cognoscitiva del entendimiento para que pueda ponerse en contacto directo con la divinidad, con la esencia misma de Dios, haciendo posible la visión beatífica de la misma.

Si Dios encendiese ahora mismo en nuestro entendimiento ese resplandor de la gloria, el lumen gloriae, aquí mismo contemplaríamos la esencia divina, gozaríamos en el acto de la visión beatífica, porque Dios está en todas partes, y si ahora no le vemos es porque nos falta ese lumen gloriae, sencillamente porque está apagada la luz.

¿Y qué veremos cuando se encienda en nuestro entendimiento el lumen gloriae al entrar en el Cielo? Es imposible describirlo. El apóstol San Pablo, en un éxtasis inefable, fue arrebatado hasta el Cielo y contempló la divina esencia por una comunicación transitoria del lumen gloriae, como explica el Doctor Angélico. Y cuando volvió en sí, o sea, cuando se le retiró el lumen gloriae, no supo decir absolutamente nada (II Cor., XII, 4) porque: “Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el entendimiento humano es capaz de comprender lo que Dios tiene preparado para los que le aman” (I Cor., II, 9).

San Agustín, y detrás de él toda la teología católica, nos enseña que la gloria esencial del Cielo se constituye por tres actos fundamentales: la visión, el amor y el goce beatífico.

La visión ante todo. Contemplaremos cara a cara a Dios.

Y en Él contemplaremos todo lo que existe en el mundo: la creación universal entera, con la infinita variedad de mundos y de seres posibles que Dios podría llamar a la existencia sacándoles de la nada.

No los veremos todos en absoluto o de una manera exhaustiva, porque esto equivaldría a abarcar al mismo Dios, y el entendimiento creado ni en el Cielo siquiera puede abarcar a Dios.

Y ese espectáculo fantástico durará eternamente, sin que nunca podamos agotarlo, sin que se produzca en nuestro espíritu el menor cansancio por la continuación incesante de la visión.

El segundo elemento de la gloria esencial del Cielo es el amor. Amaremos a Dios con toda nuestra alma, más que a nosotros mismos.

Solamente en el Cielo cumpliremos en toda su extensión el primer mandamiento de la Ley de Dios, que está formulado en la Sagrada Escritura de la siguiente forma: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”.

Solamente en el Cielo cumpliremos este primer mandamiento con toda perfección y, en su cumplimiento, encontraremos la felicidad plena y saciativa de nuestro corazón.

En tercer lugar, en el Cielo gozaremos

de Dios. Nos hundiremos en el piélago insondable de la divinidad con deleites inefables, imposibles de describir.

Todo cuanto puede apetecer y llenar el corazón humano, pero en grado infinito.

SAN LUIS DE GONZAGA SANTO PATRONO DE LUISA PICARRETA

Capítulos sobre San Luis Gonzaga

Patrono mundial de la juventud

(memoria obligatoria el 21 de junio)

Santo patrono de la Sieva de Dios Luisa Piccarreta


VOLUMEN XIX

Junio 21, 1926 » San Luis fue una flor que surgió de la Humanidad de Nuestro Señor, abrillantada por los rayos del Divino Querer. Las almas que poseerán el reino de la Divina Voluntad tendrán su raíz en el Sol de Ella.

Esta mañana habiendo recibido la santa Comunión, según mi costumbre la he hecho en la Santísima Voluntad de Dios, ofreciéndola a mi amado San Luis; no sólo la Comunión, sino todos los bienes que hay en la Santísima Voluntad de Dios para su gloria accidental. Ahora, mientras esto hacía, veía que todos los bienes que hay en el Querer Supremo, como tantos rayos de luz, rayos de belleza y de varios colores, inundaban al amado santo, dándole una gloria infinita y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me dijo:

"Hija mía, Luis es una flor y un santo brotado de la tierra de mi humanidad y abrillantado a los reflejos de los rayos del Sol de mi Voluntad, porque mi humanidad, si bien santa, pura, noble y unida hipostáticamente al Verbo, era tierra, y Luis, más que flor brotó de mi humanidad puro, santo, noble, poseyendo la raíz del puro amor, de modo que se puede ver escrito en cada hoja de su flor: "Amor". Pero lo que lo vuelve más bello y deslumbrante son los rayos de mi Voluntad, a los cuales estaba siempre expuesto, estos rayos daban tanto desarrollo a esta flor, que la hacían singular en la tierra y en el Cielo. Ahora hija mía, si Luis es tan bello porque brotó de mi humanidad, ¿qué será de ti y de todos aquellos que poseerán el reino de mi Voluntad? Estas flores no surgirán de mi humanidad, sino que tendrán su raíz en el sol de mi Voluntad, en ella viene formada la flor de su vida, crecen y surgen en el mismo sol de mi Voluntad, el cual, celoso de estas flores las tendrá eclipsadas en su misma luz; en cada hoja de estas flores se verán escritas todas las especialidades de las cualidades divinas, serán el encanto de todo el cielo y todos reconocerán en ellas la obra completa de su Creador."


Pero mientras esto decía, mi dulce Jesús se abría su pecho y hacía ver dentro un sol inmenso, en el cual debía plantar todas estas flores, y era tanto su amor y celo hacia ellas, que no podía hacerlas surgir fuera de su humanidad, sino dentro de él mismo.





VOLUMEN XXVI


Junio 27, 1929 » Regalo a San Luis.


Habiendo recibido la santa comunión, la estaba ofreciendo para gloria de San Luis, y le ofrecía como regalo todo lo que había hecho Nuestro Señor en su Divina Voluntad con su mente, con sus palabras, obras y pasos, para la gloria accidental de San Luis en el día de su fiesta. Ahora, mientras esto hacía, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me dijo:


"Hija mía, regalo más bello no podías hacerle en el día de la fiesta del querido San Luis, conforme tú ofrecías tu comunión y todos mis actos hechos en mi Divina Voluntad, se formaban tantos soles por cuantos actos hice yo en ella estando sobre la tierra, y estos soles han revestido a San Luis, de modo que ha recibido tal gloria accidental de la tierra, que no podía recibir más. El solo ofrecimiento de los actos hechos en mi Divina Voluntad, tiene virtud de formar soles, porque conteniendo ella la plenitud de la luz, no es de maravillarse que convierta los actos humanos hechos en ella en soles."





VOLUMEN II


Junio 20, 1899 » Cómo todo está en el amor.


Continúa casi siempre lo mismo. Esta mañana, parece que Jesús ha querido aliviarme un poco, después de que por algún tiempo he ido en busca de él. De lejos vi a un niño y como rayo que cae del cielo acudí; en cuanto llegué lo tomé entre mis brazos y viniéndome la duda de que no fuera Jesús le dije:


"Tesorito mío querido, dime, ¿quién eres?"


Y él: "Yo soy tu querido y amado Jesús."


Y yo a él: "Niñito mío hermoso, te pido que tomes mi corazón y lo lleves contigo al paraíso, pues junto con el corazón se irá mi alma."


Parecía que Jesús tomase mi corazón y lo unía de tal manera al suyo, que se hacían uno solo. Después se ha abierto el cielo, pareciendo que se preparaba a una fiesta grandísima; en el mismo momento descendió del cielo un joven de hermoso aspecto, todo centelleante de fuego y llamas. Jesús me dijo:


"Mañana es la fiesta de mi querido Luis, debo asistir."


Y yo: "Entonces a mí me dejas sola, ¿cómo haré?"


Y él: "También tú vendrás, mira qué bello es Luis; pero lo que más lo distinguió en la tierra, fue el amor con el cual obraba, todo era amor en él, el amor le ocupaba el interior, el amor lo circundaba en el exterior, así que también el respiro se podía decir que era amor, por eso de él se dice que no sufrió jamás distracción, porque el amor lo inundaba por todas partes y por este amor será inundado eternamente, como tú ves."


Y así parecía que era tan grande el amor de San Luis, que podía incinerar a todo el mundo. Después Jesús añadió:


"Yo paseo sobre los montes más altos y en ellos formo mi delicia."


Yo no entendí el significado, y él continuó diciendo:


"Los montes más altos son los santos que más me han amado, y yo hago de ellos mi delicia cuando están sobre la tierra y cuando pasan al cielo, así que todo está en el amor."


Después de esto le pedí a Jesús que me bendijera a mí y a aquellos que en ese momento veía, y él, dando la bendición desapareció.



ORACION PARA HONRAR AL SANTO EN DIVINA VOLUNTAD


En cada día


Ven, ven Divina Voluntad, ven a reinar en mí.

Jesús, al recordar y honrar en este día tan especial la vida de Santa Bernardita_______ , me sumerjo en tu Divina Voluntad para darles, a nombre de Santa Bernardita ________ , la Gloria, Honor y Honra a nuestro Creador por todo lo que ha hecho por amor nuestro; a tí Jesús Redentor, por obtener con tus excesos de amor la salvación para toda la humanidad; y a tí, Espíritu Santo por fundirnos en el orden de tu Gracia Santificante para obtener el desahogo de tu Obra, para lo que te doy la Gloria y la correspondencia del amor a nombre de todos.

En ti Jesús, en Tu acto único y eterno, quiero tomar para mí y para todos las virtudes, cualidades, todas las obras y actos que estoy recordando y conociendo de Santa Bernardita_________ , y que están suspendidos y como sepultados desde su época; siendo estos, de gran alegría y complacencia para la Santísima Trinidad.

Y  a  Santa Bernardita_________ , 

le ofrezco el regalo más Bello para su gloria accidental: 

Jesús, baño su alma con todo lo que Tú hiciste en tu Divina Voluntad con Tu mente, con Tus palabras, obras y pasos.

Todo esto lo hago a nombre de todos y para todos.

Venga el Reino de la Divina Voluntad obrante en nosotros.

Fiat


( Y para bañar al alma del Santo, lo hacemos con todo lo que vamos conociendo de Jesús y que está en la Obra de los escritos de la Divina Voluntad: en sus Horas de la Pasión, Misterios en Divina Voluntad para el Santo Rosario, Visitas de la Reina del Cielo, enseñanzas-giros ).


Oración en virtud de las Palabras de Jesús en la cita: vol. 30, cap. 19

SANTA BERNARDITA SOUBIROUS



Querida Santa Bernardita, elegida por Dios Todopoderoso como el canal de sus gracias y bendiciones, a través de tu humilde obediencia a las peticiones de Nuestra Madre María, has ganado para nosotros las aguas milagrosas de curación espiritual y física.

Te imploramos que escuches nuestras oraciones para que podamos ser sanados de nuestras imperfecciones físicas y espirituales.


Pon nuestras súplicas en las manos de nuestra Santa Madre María, para que las ponga a los pies de su amado Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, para que nos mire con misericordia y compasión:

(expone la gracia que pides)


Ayúdanos, oh querida Santa Bernardita, a seguir tu ejemplo, para que, independientemente de nuestro dolor y sufrimiento, podamos estar atentos a las necesidades de los demás, especialmente aquellos cuyos sufrimientos son mayores que los nuestros.


Mientras esperamos la misericordia de Dios, ofrecemos nuestro dolor y nuestro sufrimiento por la conversión de los pecadores y en la reparación de los pecados y las blasfemias de los hombres.


Ruega por nosotros Santa Bernardita, de modo que, como tú, podamos ser más obediente a la voluntad de nuestro Padre Celestial, y por medio de nuestras oraciones y nuestra humildad podamos llevar consuelo al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María que han sido tan severamente heridos por nuestros pecados.

Amén.

Santa Bernardita, ruega por nosotros!!


Tuesday, 20 October 2020

CORONILLA A SAN JUDAS TADEO


La novena a la coronilla de San Judas se reza durante 9 días consecutivos. Para rezarla, se debe tomar la corona de San Judas Tadeo, una cadena que contiene 9 cuentas con la imagen de San Judas Tadeo en un extremo, y el crucifijo en el otro. 


Primero, debes persignarte al repetir:


“Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.”


Luego, reza como sigue:


Primer Denario: “Oh San Judas Tadeo, consanguíneo de Jesús, María y José, ven deprisa, socórreme en nombre de la santísima trinidad, de la preciosísima sangre de nuestro Señor Jesucristo y de la inmaculada concepción. Amén.”


En la cuenta grande:


“V: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.


R: Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos.”


En las 10 cuentas del denario:


“San Judas Tadeo, sé en el cielo nuestro potente abogado”


Después de cada denario:


“San Judas Tadeo, ruega por nosotros.”


Oración Final:


“Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, el amor a Nuestro Señor Jesucristo te llevó a entregarte como víctima, sufriendo el martirio en la predicación del evangelio. Te pido la gracia de amar a Jesús sobre todas las cosas de este mundo y si fuere la santísima voluntad de Dios, obtenme la gracia que ardientemente te suplico en esta Coronilla. Amén.”


En las tres últimas cuentas:


“San Judas Tadeo, de Jesús: apóstol amado, sé en el cielo nuestro abogado.”


Oración de súplica a San Judas Tadeo:


“San Judas Tadeo, glorioso apóstol de nuestro Señor Jesucristo, dígnate oír nuestras oraciones, benignísimo apóstol y mártir de nuestro Señor. Te pido que recuerdes la dulcísima alegría experimentada por tu corazón, cuando Cristo, tu amadísimo maestro, te enseñó y a tus compañeros de apostolado, la santa oración del Padre nuestro. Oh San Judas Tadeo, amigo y mártir de Jesucristo, admirable por tus milagros y virtudes, por esas delicias, te ruego que me alcances la gracia de, con una gran constancia, ser fiel a Jesús en todo tiempo, hasta el fin de mi vida. Oh mi admirable y fidelísimo abogado, abogado de todos los que te invocan y te veneran, especialmente gran patrono y protector en las situaciones difíciles, a ti clamo, para ti grito en mi necesidad y humildemente te suplico, que siendo favorecido por Dios, con la especial prerrogativa de asistir con admirable favor y poder a los que perdieron casi toda esperanza, vengas en mi socorro en esta necesidad en la cual no puedo contar con ningún auxilio de parte de los hombres. Te aseguro y te prometo San Judas Tadeo, que durante toda mi vida, no olvidaré este favor y beneficio, y que te he de honrar por todos los modos como mi patrono especial y celebrarte delante de todo el mundo. Oh Jesús, que diste a tu glorioso apóstol San Judas, uno de los primeros lugares en tu sagrado corazón, ten compasión de nosotros en consideración de las virtudes y méritos que lo tornaron tan amable y querido. San Judas Tadeo, apóstol y pariente de Jesús, María y José, yo te saludo por intermedio del sagrado corazón de Jesús, exalto y agradezco a Dios las gracias que te concedió. Por ese sagrado corazón, yo humildemente suplico, arroja sobre mí tu benigna mirada, no desprecies mi pobre oración y no permitas que sea vana mi confianza. Dios te concedió la gracia mediante tu valiosa intercesión, amparar a los hombres en los casos más desesperados. Por eso, oh excelso y glorioso Mártir, ven en mi auxilio, para que yo pueda cantar la infinita misericordia del Señor. Grato seré a ti, por toda mi vida y tu fiel devoto hasta que pueda agradecerte cara a cara allí en el cielo. Amén.”


Segundo Denario: “Oh San Judas Tadeo, te pido que recuerdes la dulcísima alegría experimentada por tu corazón, cuando Cristo te enseñó la oración del Padre nuestro. Te ruego que me alcances la gracia de, con una gran constancia, adherirme a ese divino Maestro en todo tiempo, hasta el fin de mi vida. Amén.”


Tercer Denario: “Oh San Judas Tadeo, consérvame el tesoro de la fe, líbrame de toda herejía, dame la pureza en la fe y la pureza de vida, socórreme en mis necesidades, ven en mi auxilio, porque nunca abandonas a los que a ti recurren con toda fe y con toda confianza como ahora lo hago. Amén.”


Cuarto Denario: “Oh dulcísimo Jesús, que diste a tu apóstol San Judas Tadeo uno de los primeros lugares en tu sagrado corazón, ten compasión de nosotros en consideración de las virtudes y méritos que lo tornaron tan amable y querido para ti. San Judas, apóstol amadísimo de nuestro Señor Jesucristo, ruega por nosotros que recurrimos a ti. Amén.”


Quinto Denario: “Oh San Judas Tadeo, dichoso apóstol de Cristo, inspirado por el Espíritu Santo, escribiste a tus fieles tu carta. Animado de celo, predicaste el evangelio a los Persas. Varón sabio y generoso, como te llama San Jerónimo, por tu gran caridad, oye nuestras humildes preces y alcánzanos los favores que por tu intercesión pedimos al Señor, para que ayudados por tu protección en esta vida, podamos acompañarte en la Gloria por todos los siglos de los siglos. Amén.

Thursday, 9 July 2020

ORACION DE SAN ANTONIO

LA SEÑAL DE LA CRUZ, HE AQUI LA CRUZ DEL SEÑOR......

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VEN ESPIRITU SANTO......

+Oh Trinidad Santísima, este nuevo día lo iniciamos en tu presencia, haciendo la señal de la Cruz e invocándote. Que tu bendición renueve en mí el don de tu gracia, con la que me consagraste a Ti en mi bautismo, confirme en mí el don de tu semejanza, y llame la Vida de tu Voluntad a reinar en mi alma. Quiero renovar esta consagración, y la total entrega de todo cuanto soy, repitiendo junto con María nuestra Madre: “Hágase en mí según tu Palabra”; y junto con Jesús en el momento de su Encarnación: “Heme aquí Padre, que vengo para hacer tu Voluntad”. Pues quiero como Ellos, vivir sólo y siempre en tu Voluntad, y que sea Ella mi Vida, mi alimento, y mi Todo. 


+Padre Santo, en tu Santo Querer te repito: “Te amo y Gloria a mi Creador”, por todo cuanto has creado y hecho por mí y por todos. Te amo, te adoro, te bendigo y te agradezco”, por cada uno de mis hermanos y hermanas, pasados, presentes y futuros; por cada pensamiento, afecto y deseo; por cada latido, respiro, y movimiento; por cada mirada, palabra y obra; y por todo lo que se ha hecho, se hace y se hará. 



+Oh Buen Jesús, ya que quiero que tu Voluntad sea mi Vida, y sabiendo que Ella tiene su Reino en tu Humanidad, te pido que me hagas entrar, me unas y transformes en tu Humanidad, y puesto que sin Ti nada puedo, tómame de tu Mano y ponme en la inmensidad de tu Voluntad, enséñame sus secretos, para que la ame y la posea, y así reinando Ella en mí, todo mi obrar sea hecho en tu Santísimo Querer.



Ahora, unido a Ti y a María Nuestra Madre en la Luz de tu Divino Querer, donde todos y todo se encuentran, quiero cumplir con mi primer deber como criatura; quiero reconocer, acoger y corresponder a tu Amor y a tu Voluntad en sus tantas manifestaciones en la obra de la Creación, Redención y Santificación.

+ Jesús, Hijo del Padre, en la Luz de tu Querer te ofrezco el beso, la correspondencia de amor, la adoración y la gloria, que todos te debemos por el Don de tu Vida y la de María nuestra Madre; por tu Encarnación y tu Nacimiento, por tu Infancia y tu Vida Oculta; por tu Vida Pública; por tus palabras y ejemplos; por tus milagros y los Sacramentos instituidos; por tu Pasión, Muerte y Resurrección.


+ Oh Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo!, Te alabo y agradezco por el Don de la vida, y por todas las gracias que has derramado en la Iglesia, dándole vida y santificándola.



+Oh mi Jesús, es mi intención y deseo, hacer todo en este día junto Contigo y en tu Voluntad, y que todo mi ser y todos mis actos, pequeños y grandes, naturales y espirituales, sirvan para hacer crecer la Vida de tu Voluntad en mi persona y en tu Iglesia, y sean una oración continua que te repita: “Venga tu Reino, tu Voluntad se haga como en el Cielo en la tierra”. +Oh Trinidad Santísima, para vivir siempre en tu Voluntad, te pido que me llenes del Espíritu Santo, me mantengas unido a Jesús nuestro Señor y a María nuestra Santísima Madre, y me concedas la ayuda y protección de los Santos Ángeles y de todos los Santos.



Oh Santísima Madre, Reina y Madre de La Divina Voluntad, a Ti entrego mi voluntad para que Tú me la cambies por la Voluntad Divina. Átala Oh Madre junto con la Tuya a los pies del Trono Celestial, y dame la Voluntad Divina como CENTRO de mi vida. Devélame Oh Madre Su Vida. Te ruego que me mantengas siempre refugiado en tu Inmaculado Corazón y que suplas por todos mis actos, para que sean siempre hechos y vividos en el Divino Querer. Ayúdame Oh Madre a vivir en Su Plenitud. Haz descender el Espíritu Santo a mi alma para que queme todo lo que es fruto de mi humanidad caída, y con Su Soplo refrigerante impere sobre mí y me confirme en la Divina Voluntad.